18 febrero, 2015

Cuando la Fufa salió del armario...



Ahora que ya ha empezado el Carnaval en la calle y han quedado atrás los concursos que caldean el ambiente los días previos, me apetece hablar,  desde la distancia, de una polémica que agitó los cimientos de las fiestas, convirtiéndose durante varios días en tema de conversación y objeto de pasiones encontradas. Me refiero a la ya famosa letra censurada de la murga Ni fu, Ni fa, que muchos tacharon de homófoba y que, de hecho, fue retirada por la propia murga ante la presión social y política que sufrió la agrupación en cuanto la letra salió a la luz.



La polémica letra fue, en un primer momento, objeto de ira incontenida a través de las redes sociales, donde muchas personas se despacharon a gusto contra una canción que según ellos incitaba al odio y a la exclusión social de una parte importante de la sociedad y mantenía patrones rancios que ya se creía absolutamente superados. Ante el chaparrón de críticas e incluso (según comentó su director) alguna amenaza de muerte, Ni fu Ni fa decidió retirar la letra, provocando otra reacción singular que, como no, tuvo especial protagonismo en las redes sociales: se pasó de la condena a la murga por su poca sensibilidad hacia el colectivo LGTBI a una defensa exacerbada de la libertad de expresión frente a todas las cosas y una oda a la valentía de la murga por atreverse a cantar sobre lo que le daba la gana sin tener que pasar por el aro de lo políticamente correcto: nació así el hashtag #jesuisnifunifa que resumía esta posición como la única válida.

Los días pasaron, las cosas volvieron a su cauce, la Fufa participó en la final, amagó con cantar la canción de marras pero se acabó desahogando a través de otra canción en la que criticaba las presiones sufridas. Final de la historia. Escuchamos el concurso de murgas, llegó la Gala de Elección de la Reina y el Carnaval salió a la calle. La canción de la Ni fu Ni fa quedó en el olvido.

Sinceramente, entiendo la queja de los colectivos LGTBI ante esta canción: estamos hablando de una letra que no se basa en un par de estrofas bienintencionadas sobre "mariquitas", sino en un texto que se regodea en los tópicos más pasados sobre este grupo social. Pero yo, honestamente, no la hubiera censurado. Y no porque considere que #jesuisnifunifa (hay que tener mal gusto para comparar este caso con el del semanario francés Charlie Hebdo), sino porque creo que es hora que cada quien se retrate a sí mismo. Creo que no habría peor crítica para la murga que cantar dicho tema en directo y recibir el rechazo del público, cosa que considero que habría pasado: actualmente ser gay no es ningún tipo de problema o lacra social y me parece que una ofensa tan gratuita y burda (lo siento, es que la letra por no tener no tenía ni gracia), no hubiera contado con el beneplácito del público. Nunca sabremos qué habría pasado si la canción se hubiera interpretado... Pero me temo que al final toda la polémica no ha servido para otra cosa más que para legitimar que este tipo de expresiones homófobas, camufladas de buen rollito, vuelvan para quedarse, justo cuando pensábamos que ya estaban desapareciendo para siempre.



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