Durante la tarde
- noche del jueves 11 de diciembre sucedió algo increíble en pleno casco
histórico de La Laguna: una especie de agujero de gusano se abrió en la sede de
la Real Sociedad
Económica de Amigos del País de Tenerife y conectó dos siglos tan
distantes entre sí como son el XVIII y
el XXI, a través de un novedoso formato de difusión de ideas y convergencia de
proyectos llamado Pitching Time. Y digo que
conectó pasado y presente porque ya la RSEAPT se había figurado hace más de 300
años como institución innovadora e impulsora del cambio y, a través de este
evento señala esa vocación, sirviendo como escenario para la expresión de las
propuestas más novedosas que se están gestando en nuestro entorno y que quizás
ingoraríamos si no se dieran este tipo de iniciativas.
Organizado por Canarias
Excelencia Tecnológica y La Laguna Valley, el evento pretendía
ofrecernos tres píldoras formativas impartidas por profesionales de primer
nivel provenientes de distintos ámbitos: la primera corrió a cargo de Octavio
Suárez, experto en tecnología aplicada a la educación que nos dio
las claves para tener éxito en nuestra empresa. La segunda píldora nos la dio Miguel Ángel
Guisado que, de manera brillante, nos explicó la forma idónea de
presentarnos y exponer nuestro proyecto de tal forma que ganemos la atención y
el interés del público, evitando aburridas y redundantes charlas basadas en la
lectura de powerpoints. La última píldora profesional nos la ofreció Sandra
Marrero, que nos habló de su proyecto Teamlabs,
presentándonos su metodología para la innovación y el emprendimiento ágil.
Estas conferencias estuvieron acompañadas de una interesantísima disertación
ofrecida por Onofre Rodríguez, uno de los Canarios en Silicon Valley que nos habló de
las diferencias entre la mentalidad estadounidese y española a la hora de
emprender y nos adelantó la fórmula de su éxito: foco, trabajo en equipo y
buenas referencias tienen el triunfo asegurado.
Estas grandes
exposiciones vertebraron un acto en el que tuvieron singular importancia las
pequeñas intervenciones que daban nombre al evento; los pitchs,
que no son otra cosa que cortas presentaciones de cinco minutos en las que
diferentes emprendedores daban a conocer sus proyectos, con el fin de
difundirlos y también de buscar colaboración, bien de tipo financiero o
creativo. Ocho fueron las ideas que se lanzaron en este foro, todas ellas
diferentes entre sí: desde juegos matemáticos a aplicaciones para buscar
aparcamiento, pasando por trucos para mejorar nuestro currículum, conseguir
trabajo a través de un tablón de anuncios virtual, asociar empresas para ser
más fuertes… Estas charlas generaron gran curiosidad e interés entre los
asistentes, lo que se demostró una vez acabadas las conferencias durante el
networking, a medida que los paneles de cada uno de los pitchers se iba llenando de pegatinas de participantes interesados
en colaborar con su idea para hacerla un poquito más grande, un poquito más
real.
Sin duda, este Pitching Time será recordado como un
evento refrescante que puso de manifiesto el gran talento y las ganas de hacer
cosas que hay en Canarias, quedando clara la intención por parte de los
ponentes de ser referentes en innovación y desarrollo. Actos como éste, donde
el espíritu colaborativo toma el papel protagonista, nos acercan un poco más a
esa excelencia a la que todos pretendemos llegar pero que requiere el
compromiso y entusiasmo que se respiraba aquella noche, en un antiguo edificio
de La Laguna.
Foto 1: @Carmen_Martin
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