16 diciembre, 2014

De Antoñitos y Antoñitas.

Cuando una asiste a una charla que lleva por título “Competitividad, personas y cambio. Gestión por la confianza”, en un marco tan sobrio como es la sede central de Caja Canarias, espera un moderado discurso con unas pautas sencillas de cumplir que normalmente llueven sobre mojado. Lo que uno no se imagina es recibir un aluvión de palabras, motivación y energía por parte del conferenciante elegido, que no sólo es capaz de darle un revolcón a todos nuestros esquemas vitales, sino hacernos bailar sin complejos con nuestras inseguridades. El prestidigitador capaz de realizar tal truco de magia no fue otro que José María Gasalla, autodenominado en su página web como “generador de alegría y cohesión”, que logró que en la tarde del 26 de noviembre se produjera una singular comunión entre todos los asistentes al acto, no sólo gracias a la inoculación de optimismo generalizada sino, sobre todo, a la trasmisión de sus conocimientos, experiencia y sabiduría, que logró traspasar cualquier sospecha de escepticismo que pudiéramos tener ante la ambigüedad del nombre elegido para la conferencia.




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Nada más empezar, advertimos que esta ponencia se saldría de lo común: armado con una pelota de baloncesto y ataviado con una corbata de lo más tropical, Gasalla hizo su entrada triunfal a lo grande, suscitando ya desde el principio la sonrisa y la complicidad. Poco a poco se fue metiendo a todos los asistentes en el bolsillo, ya fuera con sus ingeniosas apreciaciones,  su particular socarronería o, lo más importante, su enorme lucidez a la hora de traspasarnos todas las claves que él cree necesarias para un verdadero cambio a todos los niveles, ya sea en la empresa o en lo personal. Y así, medio en broma, medio en serio, Gasalla nos fue desgranando su ideario y dándonos las claves que deberíamos aplicar para poder transformarnos en personas más plenas, seguras y llenas de confianza que, según él, son las más capacitadas para asumir el liderazgo y afrontar las crisis con solvencia.


Pasar del “inconscientemente incompetente” al “inconscientemente competente”, aprender - desaprender - reaprender, cuestionarnos las rutinas, reinventarnos, asumir riesgos, dejar de hacer las cosas por inercia, replantearnos los paradigmas, fomentar la autoestima… Éstos fueron algunos de los ejes sobre los que hizo hincapié Gasalla a lo largo de su disertación, explicándonos con humor y perspicacia la manera de incluirlos en nuestro día a día y conseguir un cambio efectivo en nuestra realidad, que se sentía posible a oídos de los espectadores. A todo lo anterior se incluyó una disertación sobre las “7C” (competencia, conciencia del otro, claridad, cumplimiento, coherencia consistencia y coraje) que, unidas a la autoconfianza, harán de nosotros personas completas y preparadas para afrontar cualquier reto que se nos presente de manera efectiva y humana, justo lo que hace falta en este momento para salir de la parálisis en la que estamos sumidos.
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Tras esta magnífica experiencia, sólo puedo recomendar a cualquier persona, independientemente de sus intereses,  que escuche a José María Gasalla en acción, pues sus palabras son capaces de que cualquiera se replantee lo que ha sido y lo que es: en el fondo todos somos Antoñitos y Antoñitas de la vida en busca de nuestro lugar en el mundo y, con las claves que nos da este maestro, es más fácil conseguirlo.




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